Se hace difícil creer y entender que con 207 años, Colombia aún sea un territorio inexplorado y en muchos lugares virgen o casi virgen, se habla de, aproximadamente, un millón de hectáreas de tierra. Que aún con nuestras riquezas naturales y espléndidos parajes aún no nos hayamos consolidado como un referente turístico mundial que no pasa de comentarios y halagos efímeros. Cada lugar de este país está lleno de atractivos conocidos y por conocer carentes de amor propio y sentido de pertenencia. Todos tenemos uno o varios lugares del mundo que soñamos conocer y no está para nada mal, incluso hay gente que conoce más el exterior que su propio país, pero lejos de crear discusiones de qué es mejor o qué debería ser prioridad para cada persona, defendemos un ideal: viajar por Colombia.
Tristemente, el orden público de nuestro país nos ha privado de muchas oportunidades, todos lo sabemos por las noticias que abundan o, simplemente, porque nos ha tocado vivirlo en carne propia. Pero no vamos a ahondar en temas políticos y problemáticas sociales que de eso ya se ha dicho bastante, sin embargo no se puede ignorar que estas han fragmentado al país tanto ideológica como físicamente pues hasta hace poco era imposible el acceso a zonas con gran potencial turístico como la Sierra de la Macarena (Llanos Orientales), el Golfo de Urabá (frontera con Panamá), el Valle del Sibundoy y Mocoa (en el departamento del Putumayo) y Ciudad Perdida (en Santa Marta), quienes pertenecían a la otra Colombia, la Colombia que no nos pertenecía a nosotros.
Entre esos lugares que con el paso del tiempo vuelven a ser más nuestros, de esos que te motivan a viajar por Colombia, están los Llanos Orientales, una inmensa planicie verde que se choca en el infinito contra el cielo azul o rojizo o anaranjado, por donde pasan siluetas de reces perseguidas por vaqueros que hábilmente manipulan lazos que desafían la gravedad. El llano es belleza, no solo por lo que se ve sino también por lo que se siente.
En cualquier ciudad, municipio o rincón del Llano está impregnada su hermosa cultura. En todas partes se camina al son del arpa y las maracas. En todas partes te atrapa el olor irresistible de la mamona que hace que te de hambre sin importar la hora del día. En cualquier lugar puedes ser testigo de una de las grandes maravillas de los Llanos Orientales, sus atardeceres, el momento donde un monumental sol llameante se impone ante un tímido firmamento rojizo para despedirse y avisar que volverá al otro día.
La región de la Orinoquía es una zona de conexión constante con la naturaleza tanto por su riqueza como por su diversidad de flora y fauna. El Bioparque Los Ocarros de Villaviencio, es un lugar apropiado para ver las diferentes especies de animales de la zona mientras caminas por senderos sus senderos.
El atractivo turístico por excelencia de esta región es sin duda Caño Cristales, el río multicolor formado por algas, ubicado en la Serranía de la Macarena. Puedes viajar en avioneta desde tu ciudad de origen directamente a La Macarena, donde hay un pequeño aeropuerto, o llegar a Villavicencio y allí averiguar vuelos hacia La Macarena, todo depende de tu presupuesto.
Los invitamos a investigar más y a visitar esta zona del país, seguro se llevarán en sus mentes un recuerdo imborrable. Viajen y conozcan su país que está lleno de maravillas.
¡A viajar por Colombia!